¿Queréis conocer cómo es su ciclo de vida y los cuidados necesarios para que esté en perfecto estado?
Características y cultivo del narciso
Los narcisos son plantas que florecen a finales de invierno. Esta planta proporciona una gran variedad de aspectos y formas, desde los enanos, de unos pocos centímetros de altura y flores diminutas, hasta los altos Narcisos trompones y las formas dobles más vistosas.
Las tonalidades cromáticas incluyen el blanco puro, una amplia gradación de amarillos y anaranjados y, en raras ocasiones, tintes rosados. Es frecuente encontrar Narcisos bicolores, con la copa y la corona haciendo contraste en dos tonalidades distintas.
Su cultivo se realiza plantando los bulbos en tierra en otoño. Si os interesa, os mostramos el paso a paso para plantar bulbosas de primavera.
Enseguida empiezan a enraizar y a emerger las nuevas hojas, y transcurrido un tiempo aparecen las flores. El narciso es la planta bulbosa que mejor se naturaliza.
Tras ellas, aparece una cápsula en donde estarán las semillas. Se podrían recolectar y sembrar, aunque el proceso de reproducción es muy lento.
Hoy en día, en habitual encontrar durante los meses de invierno narcisos cultivados ya en flor para utilizarlos como complemento decorativo. Adquirir una mata de narcisos en tiesto nos asegura una mayor duración de la flor que si recurrimos a comprar un ramo de flor cortada.
¿Cómo es el ciclo del narciso?
Los bulbos, que son los que se mantienen todo el verano en estado latente, en otoño, empiezan a desarrollar las hojas y, a finales de invierno-principios de primavera, nos regalan sus bellas flores.
Tras la floración, podemos trasplantar la mata de narcisos a un tiesto mayor o a cualquier rincón del jardín, tanto en un parterre como bajo un árbol.
Asimismo, tenemos que dejar la mata sin cortar las hojas, para que los bulbos vuelvan a florecer al año siguiente. Si las cortásemos, no volvería a florecer. Al año siguiente en vez de dos flores, tendremos cuatro. Se multiplica de forma progresiva.
La planta terminará su ciclo con la desaparición de las hojas en mayo, pero el bulbo que queda bajo tierra nos asegura una nueva floración anual durante el mes de febrero y marzo, convirtiéndose en una de las plantas que nos indica la llegada de la primavera
Cuidados de la planta narciso
Temperatura y luz para el narciso
Los cuidados para mantener el máximo tiempo posible floreciendo los narcisos son sencillos. Primero nos aseguramos de adquirir una mata con el mayor número de flores todavía sin abrir.
La planta la colocaremos en un lugar lo más fresco posible y de una temperatura suave, sin que exista una exigencia excesiva en cuanto a cantidad de luz requerida. Demasiada exposición solar directa podría dañar la flor.
Riego del narciso
El narciso necesita suelos húmedos, pero es sensible al encharcamiento, por lo tanto, se recomienda realizar riegos frecuentes, pero poco abundantes.
Al tiesto que adquirimos, le pondremos un plato en la base para retirar el exceso. Siguiendo estos cuidados, la mata de narcisos la podemos tener durante un mes aproximadamente.
Suelo y abono
No es una planta que demande suelos concretos, se adapta casi a cualquiera, pero hay sí que agradece que sea rico en materia orgánica y que tenga un buen drenaje. Al igual que ocurre con todos los bulbos, un encharcamiento podría significar su muerte.
Plagas y enfermedades el narciso
Una de las pegas de los narcisos es que son sensibles al ataque de babosas y limacos. Estos se comen sus pétalos. Esto ocurre porque, en variedades cuya flor es muy grande, cuando llueve, acaba rozando el suelo. Os damos algunos remedios para evitar y eliminar los caracoles en las plantas.
Por el contrario, como a veces ocurre con otras plantas, el bulbo de los narcisos no es atacado por los topillos que se alimentan de raíces y bulbos. ¡Una buena noticia!
También son plantas a las que le pueden afectar Nematodos (Ditylenchus dipsaci), Mosquito de los bulbos (Eumerus sp), Mosca del narciso (Merodon ecuestris), Pulgón, Botrytis cinerea, Podredumbre del cuello (Fusarium sp.) y Roya (Puccinia sp.).
Composición floral con narcisos y más plantas bulbosas
¡Nos encanta la floración de las plantas bulbosas! Para aprovechar su belleza, os proponemos una composición con varias de ellas. En concreto, utilizaremos narcisos, amarilis, muscarias y jacintos.
Comenzamos añadiendo un sustrato de calidad y plantamos un bulbo de Amarilis Hippeastrum de flores blancas. Es muy elegante y será el motivo central de la composición.
Continuamos con unos narcisos (Narcissus) de flor amarilla y unas muscari de flor morada o lila. La muscari crece de forma natural en la campiña. Al igual que con el narciso, una vez ha terminado la floración, se planta en el jardín para que, al año que viene, podamos disfrutar de sus preciosas flores.
Por último y, para terminar esta composición con bulbos, añadimos unas prímulas, propias de la primavera y un bulbo de jacinto con su característico olor. Tener plantas con un aroma muy agradable siempre es un acierto asegurado.
Fuente: https://www.hogarmania.com/